La Central Hidroeléctrica de Miranda, toda una obra de arte industrial única en Asturias, se sitúa al pie de una ladera de fuerte pendiente, en un valle muy abierto. Al exterior se localiza la subestación de intemperie y las dos chimeneas de ventilación que flanquean el acceso a la Central, ubicada a una profundidad de 385 m.
La Central de Miranda es uno de los mejores ejemplos de las creaciones del gran artista asturiano Vaquero Palacios en las centrales hidroeléctricas asturianas a mediados del siglo xx, del que destaca su maravilloso trabajo en Grandas de Salime. Tras su fructífera colaboración en Salime, Vaquero intervino en Miranda (1958) en los frentes de las chimeneas de ventilación, tallando sendos bajorrelieves con cantos rodados coloreados que simbolizan el calor y la luz (Prometeo) y la fuerza y el movimiento (Atlas).
En el interior introduce el color y la iluminación artificial para cualificar el ambiente de trabajo. Los colores vivos con que se revisten los paramentos, canalizaciones, maquinaria, barandillas, así como el empleo de las falsas ventanas de pavés, tratan de mitigar la sensación de hallarse bajo tierra. Destaca el equilibrio entre la obra construida por el hombre y la naturaleza. Por un lado, los volúmenes de acceso a la central, esculpidos con nitidez sobre el fondo del valle e integrados con naturalidad en un entorno paisajístico de gran valor, por otro la presencia de la pared rocosa, intercalada entre la estructura de hormigón que conforma la sala de máquinas. Vaquero cualifica el conjunto con los bajorrelieves que talla en los desnudos frentes de hormigón y el empleo del color como valor expresivo que realza y humaniza los espacios del interior.
Propiedad de la empresa EDP Energía, existe la posibilidad de realizar visitas guiadas a la Central para grupos organizados en días concretos, para lo cual debe avisarse con antelación y realizar las gestiones a través del Ayuntamiento de Belmonte de Miranda.