Situada en Albariza/Alvariza, a 3 km de la villa de Belmonte junto a la carretera AS-227, esta antigua fragua de historia milenaria y probable origen romano -si bien esto no puede afirmarse con rotundidad- estaba dedicada a la fabricación de útiles de hierro, y perteneció al desaparecido monasterio cisterciense de Santa María de Lapedo.

El molino funcionaba con la fuerza motriz del agua proveniente del arroyo Tabladón y para ponerlo en acción era necesario simplemente abrir un depósito existente en la fragua, levantando una compuerta de madera. El agua salía con fuerza y hacía girar la rueda de paletas que transmitía su movimiento a una pieza llamada “árbol” que tenía unos dientes de madera que llevaban el curioso nombre de “malos obreiros”, los cuales hacían subir y bajar el martillo de hierro o machuco, que golpeaba con una fuerza de 150 kilos el yunque para trabajar el metal. La fragua, declarada Bien de Interés Cultural, es de propiedad privada y actualmente se encuentra cerrada al público a la espera de su reapertura turística, por lo que sólo se pueden visitar los exteriores.